Zonificación
La zonificación de las Reserva de la Biosfera es una herramienta para la gestión y el desarrollo de sus funciones. Se establece según las mismas: Conservación, Desarrollo sostenible y Logística.
Toda Reserva de Biosfera ha de tener una zonificación apropiada, según un sistema de ordenación territorial en tres áreas básicas, las cuales se diferencian por el nivel de conservación del medio natural y, por tanto, en la naturaleza de las actividades y uso que está permitido desarrollar en las mismas.
Zona Núcleo
De alto valor natural y paisajístico, su principal objetivo es favorecer la conservación y protección de los recursos naturales. Esta zona está dedicada prioritariamente a la conservación de los mismos, así como a actividades tales como la investigación, seguimiento de indicadores, así como a todo aprovechamiento que no suponga deterioro del medio o favorezca su conservación.
Zona Tampón
De valor natural intermedio, envolviendo a la zona núcleo o junto a ella. Están diseñadas para amortiguar el impacto de las actividades humanas sobre las zonas núcleo. Es un área donde se fomentarán estrategias de desarrollo sostenible en el ámbito local, social y económico favoreciendo sobre todo el desarrollo de actividades agropecuarias sostenibles y el ecoturismo. También se favorecerán las actividades en los campos científico, educativo y divulgativo promoviéndose que en ella se puedan realizar actividades experimentales con el fin de mejorar la producción de recursos naturales.
Zona Transición
Área más extensa de la Reserva, donde el grado de intervención humana es mayor. Aún tratándose de la zona más flexible, todas las actividades desarrolladas en ella se realizarán según criterios de sostenibilidad. Sus residentes, a través de las administraciones, asociaciones y sector privado, están invitados a colaborar en la gestión y desarrollo sostenible de la zona.