Geologí­a y suelos

Lo que la tierra nos cuenta

Fuerteventura, la isla más antigua del Archipiélago Canario, con aproximadamente 22 millones de años, constituye uno de los mejores observatorios geopaleontológicos del mundo en el que se pueden observar los fenómenos que dan lugar a la formación de archipiélagos oceánicos.

Los seductores paisajes donde grandes llanuras se combinan con volcanes, campos de lavas, macizos, lomos en forma de cuchillos, grandes valles e inmensas playas con campos de dunas, hablan del largo viaje geológico que ha vivido esta isla, donde la erosión ha dejado una profunda huella.

En esta larga vida en que la continua erosión y los deslizamientos han hecho que la isla perdiera altura, los testimonios de ese antiguo pasado han quedado al descubierto, pudiéndose observar las rocas más antiguas del archipiélago.

En ese dilatado viaje geológico también hay tiempo para las nuevas historias, como el Volcán de la Arena en el norte de la isla, el territorio más joven con tan sólo 10.000 años de antigüedad.

El árido paisaje de Fuerteventura también ha sido modelado, en gran medida, por la mano de quienes se dedicaron a la agricultura y ganadería a lo largo de los siglos. Adaptándose a un medio duro caracterizado por la baja fertilidad de los suelos y el clima. Sus moradores han ido desarrollando ingeniosas adaptaciones a este medio resaltando especialmente su contribución a una cultura de la escasez de agua como son los nateros y las gavias que conforman paisajes culturales excepcionales.

¡Aquí puedes consultar el Inventario de recursos vulcanológicos de Fuerteventura!